Paseo de la fama ¿por qué no brillamos?

De las más de 2500 estrellas que tiene hoy el famoso Paseo de la Fama de Hollywood, hay una sola estrella “argentina”: la de Lalo Schifrin.
Artistas peruanos y chilenos ostentan dos estrellas, mientras que los españoles y los cubanos se acercan a diez. Aunque es cierto que lo nuestro en Hollywood siempre fue modesto, Fernando Lamas fue el más visible de una lista de más de diez argentinos que sobresalieron y sobresalen.  Recordemos que cuatro Oscars y varios otros premios fueron a manos argentinas. Entonces la pregunta es valida.  ¿Por qué solo una estrella?  ¿Qué pasa?
La historia explica mucho. La idea del Paseo de la Fama nace en los años cincuenta, y luego de muchas reuniones se decidieron los nombres de las primeras 1500 estrellas que se inauguraron juntas en 1960. A partir de 1968 se empezaron a agregar las omisiones y otros nombres, pero en realidad pocos se enteraban… toda esa zona de Hollywood estaba en franca decadencia. En los setenta, aparece el productor televisivo Johnny Grant, un fan del distrito, se hace fuerte y establece reglas que siguen hasta hoy. Con él todavía se habla de mérito, pero en la práctica, como veremos, se comercializa todo.
Las veredas de Hollywood Boulevard pertenecen a la Ciudad de Los Angeles, pero por un acuerdo su administración está a cargo de la Cámara de Comercio de Hollywood, una organización privada sin fines de lucro.  ¿Los requisitos para lograr una estrella en el Walk?  Cualquiera puede proponer a un artista con logros competitivos en una de las categorías (cine, música, televisión, etc.), pero el formulario de aplicación firmado es en realidad un contrato por el cual se deben presentar pruebas del consentimiento del nominado, existe la promesa del elegido de asistir a la inauguración televisada, y desde 1980 si la nominación es aceptada, el que firma debe pagar un monto de dinero “para ayudar con los costos futuros de instalar y mantener la estrella” En 1980 la cifra era de $2500, pero hoy llega a $30.000. Una tremenda barrera.   
De más de cien nominaciones que se reciben cada año, se elijen cuidadosamente unas veinte cuyas estrellas serán “entregadas”  durante el año. Las decisiones se toman en secreto y no se divulga nada del proceso decisorio, una postura que siempre ha generado críticas.    
¿Argentinos con chances? Desde 1960 hasta su muerte en 1982, Fernando Lamas era tan conocido que con un pequeño esfuerzo sus allegados hubiesen logrado que le den la estrella. Pero no lo hicieron, y después de muerto es mucho más difícil, ya que la Cámara solo da una estrella póstuma por año. Sin embargo hoy todavía tiene más chances que otros, ya que su famoso hijo Lorenzo Lamas esta ahí para participar de la ceremonia.  
Mona Maris tuvo una muy buena carrera, pero el problema es que nadie se acuerda.  Linda Cristal y Alejandro Rey tuvieron carreras dignas, con picos de popularidad en la televisión.  Su gente no aprovechó el momento, pero Linda Cristal tiene la gran ventaja de que todavía vive.  ¿Soda Stereo? Sería muy lindo. Pero según las reglas actuales, tiene más chances cualquier mascota respaldada por la Disney.      
Hasta ahora, la comunidad argentina solo jugó fuerte por un nombre: Carlos Gardel. En los noventa la comunidad juntó el dinero necesario en un esfuerzo liderado por Enrique Zayas y luego Lito Salem. En 1994 hasta se logró una nota en el Los Angeles Times. Pero chocaron con las reglas ya mencionadas, y no supieron darle la vuelta. Ese dramático esfuerzo merece una nota en el futuro.     
Johnny Grant murió en el 2008, pero sus reglas siguen vivas. El Paseo hoy parece estar a servicio de artistas populares en actividad que tienen el apoyo de la industria, y se consideran los gustos de los turistas jóvenes que visitan Hollywood.  Hoy una estrella parece un simple gasto publicitario, pero existen excepciones a las reglas.  Siempre habrá lugar para una campaña bien organizada.  ¤