Recordemos que la Junta, luego de crear el Primer Triunvirato en 1811, se convirtió en la Junta Conservadora con amplias atribuciones que incluían la fijación de límites y la declaración de guerra y de paz. Ante ella, el Triunvirato debía rendir cuentas.
El Triunvirato debía convocar a una nueva asamblea, en lo que sería ayudado por la misma Junta. Por el contrario, el Triunvirato, ante tanta autoridad reservada a la Junta, decidió, apoyado por el Cabildo, disolverla.
En definitiva, el Triunvirato fue un gobierno centralista que no respetó las opiniones de las provincias ni su autonomía y gobernó bajo la apariencia de respeto a Fernando VII.
En cuanto a la nueva asamblea, el Triunvirato obstaculizó su labor independiente durante los dos días en que duró la misma, del 6 al 8 de octubre. En principio, se habían rechazado por el Cabildo algunos diputados contrarios al Triunvirato.
En esos momentos llega la noticia del triunfo del General Belgrano en Tucumán y se produce el estallido. El mismo 8 de octubre de 1812 una multitud dirigida por la Sociedad Patriótica ocupó la Plaza de la Victoria, apoyada por las tropas al mando de San Martín.
Allí se exigió la renuncia de los triunviros y la inmediata convocatoria a un Congreso. Surge además el Segundo Triunvirato, integrado inicialmente por Juan José Paso, Nicolás Rodríguez Peña y Antonio Álvarez Jonte. Como órgano ejecutivo, el Segundo Triunvirato condujo entre 1812 y 1814 los destinos de las Provincias Unidas del Río de la Plata.
Entró en funciones el 8 de octubre de 1812 y fue disuelto el 31 de enero de 1814 al crearse el Directorio. ¤