Humor • Marzo 2018

Cuando un amigo es amigo
Sin previo aviso a su esposa, un tipo llevó a su casa a su mejor amigo para cenar .
Cuando llegaron, apenas entró, la esposa comenzó a gritarle. El amigo, sorprendido y asustado, escuchaba:
-¡¡Mirá mi pelo, mis uñas, estoy hecha un desastre, la casa está hecha un quilombo, las ollas están sucias y ni siquiera hice las compras!! ¡¡Yo ya estoy en pijamas para acostarme, estoy con tensión premenstrual y ni loca voy a cocinar nada esta noche!! ¿¡Por qué, tarado, lo trajiste a casa justo esta nocheeeeee!?
El marido tranquilo responde:
-Es porque está pensando en casarse, y lo traje para que vea como es... porque ningún amigo hizo esto por mí.

La base es el trabajo
Un joven muy curioso le pregunta a un abuelo cómo hizo tanta fortuna.
El anciano le explica que cuando se casó estaba en una posición económica muy delicada. Con los pocos centavos que tenía se le ocurrió comprar una manzana por 5 centavos. Se pasó todo el día lustrándola y a la noche la vendió en 25 centavos.
Al otro día compró dos manzanas, las preparó igual que la anterior y las vendió en 50 centavos. “Así, pacientemente y con mucho esfuerzo, trabajé todo el mes e hice una fortuna de 17 pesos con 50 centavos… Al mes siguiente falleció el padre de mi esposa… ¡y nos dejó una herencia de 2 millones de dólares!”

Una delicia
Llega el nieto con un amigo a visitar a su abuelita y, mientras conversan, el amigo se sienta en el living y se pone a comer unos maníes que había sobre una mesa en un bol.
Cuando se van, el joven saluda a la abuelita y le da las gracias por los maníes.
-Por nada, hijo- responde la abuelita. Desde que perdí mi dentadura lo único que puedo hacer es chupar el chocolate…

Inseguridad
Una señora mayor llama al 911 y muy nerviosa le dice a la operadora que le han robado del auto  el estéreo, el volante, la palanca de cambios, y hasta el acelerador y los frenos.
-No se preocupe, señora, un oficial va en camino a su casa para ayudarla- le responde la operadora.
A los cinco minutos vuelve a llamar la señora y le dice:
-Discúlpeme, dígale al oficial que no se preocupe en venir. Sin darme cuenta me había sentado en el asiento de atrás…

Cortos
“Toc toc”
-¿Quién es?
-Lola.
-¿Lola qué?
-Loladrones.
-Espérenme que traigo a lame.
-¿Lame qué?
-Lametralladora.

Un señor que va caminando con una cabra bajo el brazo se cruza con otro por la calle, que le dice:
-Pero ¿qué hace con ese cerdo?
-¿Usted está ciego o qué? -le replica el hombre-. ¿No ve que es una cabra?
-¡Disculpe, estaba hablando con la cabra!

La profesora le dice a Jaimito:
-Jaimito, conjugá el verbo caminar.
Jaimito, tomándose todo su tiempo, empieza:
-Yo camino, tú caminas, él camina...
-¡Más de prisa!, le pide la maestra.
-Nosotros corremos, vosotros corréis, ellos corren...

El profesor repartiendo las notas:
-Luisito, un diez; Pedrito, un ocho; Juanito, un seis; Pepito un cero...
-Pero, profesor, ¿y por qué a mí me puso un cero?
-Porque has copiado el examen de Pedrito.
-¿Y usted cómo lo sabe?
-Porque las cuatro primeras respuestas eran iguales, y en la última pregunta Pedrito respondió: “Esa no la sé”. Y tú has puesto: “Yo tampoco”.

La paliza de su vida
La madre le pide al hijito que llame por celular al papá y avise que es hora de cenar.
Al rato, la mamá pregunta:
- Hijo, ¿qué te dijo?
- Nada, llamé 3 veces y siempre contesta una mujer.
- Ah, ¿sí? Ese atorrante va a ver cuando llegue a casa...
Cuando el hombre aparece frente a la casa ella le da la paliza de su vida.
Los vecinos, alarmados, se acercan para ver qué esta pasando.
Ella gritaba como loca:
- ¡Idiota, bandido, desgraciado! ¡Ya sé que estabas con otra mujer! Vení, nene, y decile frente a todos qué te dijo esa mujer por teléfono.
- La señora decía: “Su saldo es insuficiente para realizar esta llamada”.

Dos de borrachos

- Papá, ¿cómo se sabe cuando una persona está borracha?
- Fácil, hijo, ¿ves esos dos hombres que vienen por ahí? ¡Si yo estuviera borracho vería cuatro!
- Papá, ¡si sólo viene uno!

Esto son dos que estaban súper borrachos en un bar a punto de cerrar.
- Oye, ¿por qué no vamos a mi casa para seguir con la juerga?
- No, mejor a la mía, que está cerquita.
- A ver, veamos cuál está más cerca.
Llegan a la esquina, se detienen y dicen:
- Ya llegamos, esta es mi casa.
- No puede ser, también es la mía.
- Llamaremos. Así sabremos de quién es.
Llaman a la puerta, sale la dueña y dice:
- ¡Muy bonito, padre e hijo borrachos! ¤